Advierten que el plan piloto de elección de lengua en las aulas de Baleares será un "sonoro fracaso"

'PLIS Educación, por favor' y 'Societat Civil Balear' indica que el plan piloto de elección de lengua en las aulas de Baleares será un "sonoro fracaso". 

"Si no se realizan modificaciones en el marco normativo en el primer año de legislatura, que permitan introducir el castellano, de forma gradual o de inmediato, como lengua vehicular en los centros escolares, no se podrán plantear en el resto de la misma. Sorprendentemente, Vox no está por la labor de acometer modificación normativa ninguna, más allá de la que corresponda a la burbuja de un plan piloto o experimental al que solo se sumarán los centros que lo deseen, es decir, ninguno de los públicos y pocos de los concertados. Ni siquiera están por satisfacer a los padres que han solicitado para sus hijos, durante este curso y los anteriores, recibir clases en castellano en al menos el 25 por ciento del horario lectivo y en al menos en una materia de las antes llamadas troncales".

El portavoz adjunto de PLIS. Educación, por favor, Julián Ruiz-Bravo, y el presidente de Societat Civil Balear, Tomeu Berga, se reunieron ayer a las 18:30 horas en el parlamento balear con los responsables de educación de VOX, Idoia Ribas, portavoz parlamentaria de VOX, Manuela Cañadas y Sergio Rodríguez.

Los representantes de VOX explicaron lo que consideran un gran logro, la creación de un plan experimental de elección de lengua al que esperan se acojan voluntariamente los centros que quieran permitir que los padres elijan primera lengua para las materias del ámbito científico y social, antes llamadas troncales. No mostraron intención, fuera del plan experimental, de modificar normativa para incluir de forma expresa que el castellano debe ser lengua vehicular ni para fijar unas horas de presencia mínima en el horario escolar.

PLIS y SCB, adheridas a Escuela de Todos, defendieron que la elección de primera lengua, para las antes llamadas materias troncales, debe ser impuesta progresivamente a partir del próximo curso, sin plan piloto, y mostraron su decepción con el brusco cambio de VOX en materia lingüística, pasando, de exigir el máximo, elección libre de lengua en dos vías puras, al mínimo, que los centros permitan o no a los padres elegir lengua.

Afirmaron con rotundidad que el plan experimental sería un sonoro fracaso, porque ningún centro público se sumaría al mismo, ni siquiera con la promesa de mayores recursos humanos, materiales y económicos, y porque muy pocos centros concertados, durante los últimos años abonados a la inmersión y a la retórica nacionalista, se incluirían.

Añadieron que ofrecer recursos económicos a los centros a cambio de sumarse al plan experimental daría a los nacionalistas e izquierda un eslogan de dignidad: “la lengua no se vende ni se compra”.

A pesar de su escepticismo, Escuela de Todos aconsejó que, para salvar el plan piloto, es necesario articular una vía de consulta a los padres de cada centro para que pudieran expresar su deseo de elegir lengua para las antes llamadas materias troncales y para que los directores y consejos escolares conocieran sus deseos antes de decidir sumarse o no al plan y afrontar la correspondiente responsabilidad.

En concreto, PLIS y SCB propusieron que esta consulta se hiciera en el mismo impreso de solicitud de centro o de continuación en el mismo centro, que todos los años los padres deben rellenar por el mes de abril, impresos en los que deberían aparecer obligatoriamente dos casillas, catalán/castellano, para que los padres, con independencia de si los centros se suman o no al plan piloto, pudieran elegir primera lengua y el director y consejo escolar de cada centro tuvieran base para sumarse o no al plan y se responsabilizaran de su decisión.

PLIS y SCB plantearon, en paralelo al plan, la necesidad de, si no querían decepcionar a los que luchan contra la inmersión, lanzar un claro mensaje de apuesta por el bilingüismo, satisfaciendo de inmediato a los padres que han pedido enseñanza en castellano en al menos el 25 por ciento del horario lectivo y obligando a que los proyectos lingüísticos, a partir del próximo curso, a incluir un mínimo del 25 por ciento del horario lectivo en castellano. Para sorpresa de PLIS y SCB, los representantes de VOX no lo aceptaron, reproduciendo el vocabulario de los nacionalistas: que la enseñanza no va de porcentajes.