El fracaso escolar generó en Baleares un sobrecoste de 86,6 millones de euros

El fracaso escolar en los distintos niveles educativos de Baleares generó a las arcas públicas en el curso 2022-2023 un sobrecoste económico de 86,6 millones de euros, cifra que engloba los costes de la repetición, de tener alumnado que finaliza la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) sin titular y el abandono temprano.

Es una de las principales conclusiones del 'Informe del Coste Económico del Fracaso Escolar en Baleares', elaborado por la compañía internacional de tecnología educativa dide.org y que traslada la necesidad de actuar en la detección temprana de las dificultades que desembocan en el fracaso escolar y el abandono temprano para mejorar las tasas de éxito, la promoción y la permanencia, así como el aprendizaje, la experiencia escolar y el bienestar dentro y fuera del aula.

Según se recoge en el estudio, los costes de la repetición en Educación Primaria, ESO y Bachillerato ascienden a 28,9 millones de euros; del no aprovechamiento de recursos por fracaso escolar en ESO a 29,6 millones de euros; del abandono temprano en Bachillerato a 11,7 millones de euros; en FP de Grado Medio, a 8,2 millones; en Grados, a 7,4 millones de euros, y en FP Superior, a 0,8 millones de euros.

Para hacer una estimación del sobrecoste de la repetición, el estudio toma como referencia el gasto por alumno y lo multiplica por los datos de repetición. De este modo, para la estimación del sobrecoste de la repetición en Primaria, ESO y Bachillerato (28,9 millones) se tienen en cuenta que en el curso 2022-2023 repitieron 886 alumnos en Primaria con un coste por alumno de 5.629 euros (4,9 millones de sobrecoste); que en ESO repitieron 2.685 alumnos con un coste por alumno de 6.923 euros (18,5 millones de sobrecoste), y que en Bachillerato repitieron 765 escolares con un gasto por alumno de 6.923 euros (sobrecoste de 5,2 millones de euros).

A las cifras de repetición, el estudio añade las correspondientes al fracaso escolar en ESO en el archipiélago (4.278 alumnos en 2020) y el abandono temprano en Bachillerato (1.691), en FP Media (1.180) y Superior (82) y Grados universitarios (1.124), con costes por alumno entre los 6.500 y los 9.400 euros.

El informe muestra, por otra parte, que la tasa de idoneidad inversa (alumnado de 15 años que no está en el curso que le corresponde por edad) en el curso 2021-2022 estaba en Baleares en el 28,4%, cuatro puntos por encima de la media nacional.

En lo referido a las tasas de fracaso escolar, el informe estima que el 13,3% del alumnado balear que cursaba ESO, un total de 4.278 alumnos, abandonó esta etapa sin haber obtenido el título en el curso 2019-2020, situándose como la séptima CCAA.

El estudio de dide.org atiende también a la tasa de abandono temprano, referido a la población entre los 18 y los 24 años que abandona sus estudios sin haberlos finalizado, especialmente en bachillerato y Grados. En este caso, Baleares se sitúa como la segunda con mayor tasa, con un 18,2%.

El estudio concluye que cada reducción del 10% en la tasa de repetición escolar en las etapas de Primaria, ESO y Bachillerato, mediante la aplicación de herramientas de detección temprana y la adopción de medidas adecuadas permitiría un ahorro de casi tres millones de euros y redundaría en ayuda para un total de 434 escolares.

Por su parte, los 29,6 millones de euros que no consiguieron hacer que 428 alumnos lograran el éxito escolar en ESO se habrían reducido a 26,7 millones.

La CEO de dide.org, Elena Betés, considera que el fracaso escolar es un "fracaso como sociedad y tiene impactos familiares muy relevantes". Betés afirma que el sobrecoste es solo la punta del iceberg. "En un mundo en el que aprender a aprender es clave para ser capaces de adaptarse a las máquinas inteligentes, no podemos permitirnos perder a miles de jóvenes sin formación", añade.

Betés insta igualmente a identificar los problemas de manera precoz y ayudar a los docentes, figuras clave en el sistema educativo, con herramientas y reconociendo su trabajo.

IMPACTO ECONÓMICO DEL ABANDONO Y EL FRACASO ESCOLAR

El 'Informe del Coste Económico del Fracaso Escolar' presta atención, por otra parte, al impacto del fracaso escolar y el abandono temprano en las tasas de desempleo, los salarios medios y la recaudación del Estado en concepto de IRPF en Baleares.

En este sentido, el informe indica que el 21,3% de las personas que o bien no tienen estudios, o bien tienen estudios primarios incompletos o sólo primarios, ni estudian ni trabajan y tienen mayores probabilidades de estar en situación de desempleo. En caso de estar trabajando, su salario bruto mensual sería de 1.290,18 euros, de lo que se estima una cuota a pagar en concepto de IRPF de 2.097 euros al año, lo que supondría 9 millones de euros para todo el alumnado contemplado.

Esta recaudación anual en concepto de IRPF, sin embargo, sería de 11 millones de euros por cada 10% de reducción de la tasa de fracaso escolar, lo que se correspondería con 428 alumnos, en el caso de que se consiguiera, mediante la detección temprana de dificultades y la adopción de las medidas pertinentes, evitar que salieran de la ESO sin el título, siguieran estudiando hasta obtener con éxito estudios superiores y consiguieran un empleo acorde con su cualificación, lo que supondría 2 millones de euros más que en el escenario anterior.

Por su parte, el 11% de las personas con estudios superiores ni estudia ni trabaja y tienen una probabilidad menor de estar en situación de desempleo. Si trabajan, su salario bruto sería de 2.606 euros, de lo que se estima una cuota a pagar en concepto de IRPF de 6.770 euros al año.

Existe así una notable diferencia, por tanto, entre tener estudios superiores (y ejercer una profesión acorde con dicha cualificación) y quedarse como máximo con estudios primarios (y ejercer trabajos de baja cualificación).

IMPORTANCIA DE LA DETECCIÓN TEMPRANA

Las dificultades que pueden entorpecer el proceso de aprendizaje en las escuelas son muchas y de muy diversa índole y naturaleza, según el estudio, que se fija en las dificultades que atañen al proceso de aprendizaje, las relacionadas con el desarrollo (psicomotricidad, audición, visión o nutrición) y las de tipo social, como el acoso escolar o el abuso de las tecnologías.

Todas ellas constituyen obstáculos en el paso por la escuela influyendo directamente sobre el rendimiento escolar, lo que en múltiples ocasiones puede traducirse en repetición de curso, absentismo o abandono escolar.

El estudio insiste, de este modo, en la necesidad de una detección temprana de las dificultades, sean estas cuales sean, desde situaciones de acoso escolar a una dislexia, una discalculia, un TDAH o un TEA, para una intervención y un acompañamiento tempranos.

Asimismo, añaden, una detección temprana masiva de estos indicios permitiría disponer de un mapa de necesidades del alumnado por edades, cursos y regiones; tener la posibilidad de poner en marcha y a tiempo medidas que puedan satisfacer dichas necesidades detectadas, es decir, saber en qué lugares y con qué alumnado es conveniente destinar recursos y profesionales que permitan diagnosticar dichas dificultades e intervenir en ellas, evitando que con el tiempo la situación derive en problemáticas mayores.

En definitiva, según el informe, la detección temprana de dificultades ayudaría a seguir avanzando, no solo hacia modelos de escuelas inclusivas y capaces de detectar y anticiparse, desde edades tempranas, a las dificultades que puedan suponer obstáculos para el rendimiento académico del alumnado y su trayectoria escolar en general, sino también hacia escuelas que potencien su bienestar dentro y fuera del aula.