Sánchez marca distancias con Podemos y Bildu para captar voto

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, está moderando su discurso en las entrevistas que ha concedido en lo que llevamos de precampaña electoral, en las que ha marcado distancias con Podemos y EH Bildu en un intento de captar el voto de electores moderados y socialistas descontentos.

Poco después de convocar el adelanto de las elecciones generales al 23 de julio, Sánchez pronunció un discurso muy encendido y combativo en el Congreso ante diputados y senadores socialistas, en el que vinculó al PP y Vox con el trumpismo.

Sin embargo, tras esta intervención, con la que el PP acusó a Sánchez de haber "podemizado" al PSOE, el presidente del Gobierno y líder de los socialistas ha mostrado otro perfil más moderado en las entrevistas que ha ido concediendo en la precampaña a medios de comunicación con líneas editoriales distintas.

En todas ellas Sánchez ha repetido unos mensajes que evidencian la intención de atraer a un electorado situado más al centro y de reconquistar a socialistas críticos sobre todo por los pactos del PSOE con Podemos (con quien gobierna en coalición) y con grupos parlamentarios como EH Bildu.

En el caso de EH Bildu, Sánchez ha llegado a decir que la distancia entre el PSOE y este partido es "abismal" y ha dejado claro que no hay ningún pacto de gobierno con ellos, sino simplemente acuerdos parlamentarios en asuntos concretos como la reforma de las pensiones.

"Lo importante no es con quién, es el qué", ha repetido el presidente del Gobierno, que además ha calificado de "desdichadas" las declaraciones del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, en las que dijo que Bildu ha hecho más por los españoles que "todos los patrioteros de pulsera".

Y sobre Podemos, ha reconocido que ha tenido discrepancias "públicas y notorias" con la ministra de Igualdad, Irene Montero, con asuntos como la ley del solo sí es sí, y la ha acusado directamente de haber difundido discursos feministas "de confrontación" en lugar de "integración".

Unos discursos que, en su opinión, han hecho "retroceder" a España y que asegura que han hecho sentir "incómodos" a hombres de entre 40 y 50 años, entre ellos amigos suyos.

Aunque reconoce los logros alcanzados en diversos ámbitos con sus socios de coalición, Sánchez insiste en su intención de gobernar en solitario, acaparando el voto útil de la izquierda.

No obstante, admite que debido a la fragmentación del electorado probablemente tendrá que gobernar con la actual vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, un perfil con el que siempre ha mostrado mucha más afinidad que con los representantes de Podemos y con quien cree que la coalición será "más fácil y más funcional".

Otro aspecto relevante a tener en cuenta es que Irene Montero ha sido definitivamente excluida de las listas electorales de Sumar, en la que figuran algunos miembros de Podemos como la secretaria general del partido, Ione Belarra.

Sánchez también ha reconocido en las entrevistas que ha incumplido algunas de sus promesas, como que no indultaría a ningún dirigente político, pero ha justificado que lo hizo para intentar resolver un problema.

Es consciente de que algunas personas que apoyaron al PSOE en otras elecciones no lo voten ahora por este motivo, y por eso en sus intervenciones se está afanando en hacer pedagogía sobre la reducción de la conflictividad que asegura que ha vivido Cataluña desde que él llegó al Gobierno.

Tantos en las entrevistas como en actos que ha protagonizado recientemente Sánchez, como el mitin celebrado el pasado domingo en Dos Hermanas (Sevilla), el presidente ha seguido centrando sus críticas en PP y Vox, pero de una forma mucho más contenida que en la intervención que hizo ante sus diputados y senadores.

Principalmente, acusa a ambos partidos de formar parte de un mismo tándem y de no tener un proyecto más allá de la derogación.

En esta precampaña y campaña electoral Sánchez seguirá vendiendo gestión del Gobierno, centrado sobre todo en los buenos datos económicos, pero también apelará a las emociones, con un perfil mucho más emocional e intimista.

Así por ejemplo, en las entrevistas trata de aprovechar la ocasión para dar a conocer su lado más humano, con bromas incluidas, como el pasado martes en el programa de El intermedio, de la Sexta.

Y se afana también en intentar desmontar la imagen que asegura que el PP trata de promocionar al hablar de 'sanchismo' que, según él, es una manera de "deshumanizar, caricaturizar, pintar al líder progresista que está al frente del Gobierno como una persona egoísta, que no tiene ningún tipo de escrúpulo y que hace cualquier cosa por mantenerse en el poder".