¿Cuántas latas de atún puedo comer a la semana? Esto dicen los expertos

El atún en lata es un ingrediente muy común en la cocina, apreciado por su practicidad y los beneficios que puede aportar a la salud.

Además de su comodidad para preparar una variedad de recetas, el atún enlatado es una opción versátil para satisfacer cualquier antojo, ya sea en un bocadillo, una ensalada de arroz o lechuga, como relleno de una empanada o en una tortilla.

Sin embargo, es importante recordar que, aunque el atún en lata es saludable, no se debe consumir en exceso, ya que puede tener consecuencias negativas para la salud.

Los expertos en nutrición y médicos destacan dos aspectos a considerar con respecto al atún en conserva. En primer lugar, su contenido de grasa, especialmente cuando se conserva en aceite, puede agregar calorías adicionales a la dieta. En segundo lugar, el atún puede contener niveles de mercurio, un metal pesado presente en muchos pescados debido a la contaminación marina.

En cuanto a la seguridad de consumir una lata de atún a la semana, las concentraciones de metilmercurio en el atún suelen ser bajas y no representan un riesgo significativo para la salud en general. Sin embargo, se aconseja a las mujeres embarazadas y a los niños menores de diez años que eviten el consumo de ciertas variedades de atún, como el atún rojo, el tiburón, el lucio y el pez espada, ya que tienden a acumular niveles más altos de mercurio.

En el caso de las latas de atún, si no se especifica la variedad, podría ser de una de las cuatro variedades comunes, incluido el atún rojo. 

Algunos expertos sugieren que 100 gramos de atún por semana son suficientes, lo que equivale a no consumir más de dos latas por semana.

El atún, al igual que otros pescados azules, ofrece numerosos beneficios para la salud debido a su contenido de ácidos grasos omega-3. Estos beneficios incluyen la mejora de los niveles de colesterol y triglicéridos, lo que reduce el riesgo de trombosis. Además, el consumo de atún puede contribuir a la prevención del cáncer de piel y de mama, así como a la minimización del riesgo de padecer artritis.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que un exceso de aceite, especialmente si es de palma, puede contrarrestar los beneficios del atún y aumentar el riesgo de colesterol elevado y enfermedades cardiovasculares.

La acumulación de metilmercurio puede tener consecuencias en el sistema nervioso en desarrollo de fetos y niños pequeños, por lo que se recomienda un consumo con precaución, especialmente durante el embarazo e infancia.

En cuanto al mercurio presente en el pescado, su origen está relacionado tanto con fenómenos naturales como con la actividad humana, como la quema de combustibles fósiles y la minería. Tanto el metilmercurio como el mercurio inorgánico se considera que podrían tener efectos perjudiciales en la salud, incluyendo la posibilidad de desarrollar cáncer, aunque aún no se ha confirmado de manera definitiva esta actividad genotóxica en seres humanos.

En resumen, el consumo de pescado, incluido el atún en lata, puede ser parte de una dieta saludable, pero es importante hacerlo con moderación y estar al tanto de los posibles riesgos asociados al mercurio y al contenido de grasa.