Los alimentos que no deberías comer si tienes gripe o resfriado

Pleno invierno y las urgencias en España están tensas debido a los contagios provocados por las celebraciones. No tener al menos un ligero resfriado se ha convertido en la otra gran incertidumbre navideña.

Por eso, la prevención es crucial para evitar que los incómodos síntomas de la gripe o el resfriado empeoren. Uno de estos síntomas suele ser la mucosidad.

Cuando las vías respiratorias están congestionadas, a menudo pensamos en tomar medicamentos antigripales y en asegurarnos de tener un buen suministro de pañuelos de papel.

Sin embargo, a menudo pasamos por alto un aspecto importante: la alimentación.

En lo que respecta a prevenir la mucosidad, existen diversos alimentos que pueden ayudarnos a controlarla y evitar que se convierta en afecciones como la bronquitis, que se caracteriza por una expectoración de mucosidad espesa y decolorada debido a la inflamación de los bronquios.

Comúnmente, se ha atribuido a los lácteos la etiqueta de ser perjudiciales debido a su supuesta capacidad para aumentar la producción de moco.

Sin embargo, hasta la fecha, no existe evidencia científica sólida que respalde esta afirmación de manera concluyente. Lo que se ha demostrado es que si consumimos una cantidad significativa de lácteos de forma habitual, estos pueden aumentar la viscosidad del moco, dificultando su expulsión y prolongando así la congestión nasal o bronquial.

La forma más adecuada de expresarlo sería como "alimentos y bebidas que no favorecen la expectoración del moco", en lugar de etiquetarlos simplemente como perjudiciales o desaconsejados, según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

El agua y los zumos naturales (sin azúcar añadido) son la mejor elección para combatir la mucosidad. Aumentar la cantidad de líquidos que consumimos habitualmente es una buena idea para diluir el moco con rapidez y facilitar su expulsión. También se recomienda incorporar alimentos con propiedades antiinflamatorias y que fortalezcan el sistema inmunológico.

En cuanto a los alimentos específicos:

- Productos lácteos: leche, queso, yogur, mantequilla.
- Dulces: suelen combinar lácteos y azúcares, una combinación desaconsejada si se busca expulsar el moco de manera eficaz.
- Carne roja y, en general, alimentos ricos en grasas saturadas, ya que pueden contribuir a la inflamación.
- Bebidas azucaradas: el azúcar puede causar deshidratación y aumentar el volumen del contenido estomacal, dificultando la respiración.

Además, conviene recordar moderar el consumo de alcohol, especialmente en casos de afecciones pulmonares, así como evitar las bebidas carbonatadas.

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA MUCOSIDAD?

Lo que comúnmente llamamos mucosidad o flema está presente de forma constante en nuestras vías respiratorias. Está compuesta principalmente por agua, proteínas y desechos celulares. Según la SEMG, eliminamos aproximadamente 30 mililitros de mucosidad al día a través del tracto digestivo, un proceso que suele pasar desapercibido para la persona.

Esta mucosidad se hace más evidente cuando nuestro organismo se enfrenta a una agresión, como la presencia de virus, bacterias o contaminantes. En respuesta, los pulmones producen más mucosidad, y la tos es la forma que tiene el cuerpo de expulsarla.