¿Qué es la sarna? Estos son los síntomas, sus causas y el tratamiento de la enfermedad

La sarna es una enfermedad que a menudo parece haber quedado olvidada en Occidente; sin embargo, nuevos brotes aparecen cada año en países desarrollados como España.

Es lo que ha pasado en Baleares, donde se han detectado numerosos casos, especialmente en centros educativos. Afortunadamente, es de fácil tratamiento y poca gravedad.

La sarna, también conocida como escabiosis humana, es una enfermedad cutánea provocada por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei o arador de la sarna. Es tremendamente contagiosa por el contacto cercano con personas infectadas.

El ácaro en cuestión es un pequeño arácnido microscópico que excava diminutas galerías en la piel, donde se esconde y deposita sus huevos. Durante este proceso, se produce una leve reacción alérgica, que es en realidad la principal causante de los síntomas de la sarna.

A diferencia de lo que comúnmente se cree, es muy poco probable que una persona contraiga la sarna por el contacto con un animal afectado, aunque es posible que surjan reacciones ocasionales. Esto se debe a que los ácaros que provocan la sarna en cada especie animal son diferentes. En cambio, la escabiosis se contrae por el contacto cercano con personas afectadas o por el contacto con su ropa u objetos personales.

Los principales síntomas de la sarna son un intenso picor, que a menudo empeora con altas temperaturas y por la noche, y la aparición de unas marcas características en la piel, que no son más que las galerías excavadas por el ácaro.

Estos signos suelen concentrarse en los surcos o pliegues de la piel, como entre los dedos de las manos, en las axilas, alrededor de la cintura, en el interior de las muñecas, los pliegues de los codos, la planta de los pies, alrededor de los senos, el área genital masculina, en las nalgas o en las rodillas.

Además, puede aparecer enrojecimiento y pequeñas heridas o costras debido al rascado de las lesiones. Por lo general, los síntomas de la sarna tardan varios días en aparecer, pero la persona infestada aún puede ser contagiosa durante el período asintomático.

Afortunadamente, la sarna es fácil de tratar con cremas escabicidas que deben aplicarse en todo el cuerpo. En ocasiones, pueden ser necesarias varias aplicaciones, y el médico puede recomendar el tratamiento para todos los convivientes y contactos cercanos del afectado.

Además, los síntomas pueden aliviarse humedeciendo y refrescando la piel, utilizando lociones anestésicas o tomando antihistamínicos que reduzcan la intensidad de la reacción alérgica.

Para evitar futuras reinfecciones, es necesario lavar con agua caliente toda la ropa y sábanas utilizadas por el enfermo de sarna, y preferiblemente secar estos objetos a alta temperatura.

Las prendas que no se puedan lavar se pueden aislar en una bolsa cerrada durante un par de semanas, lo que debería provocar la muerte de los ácaros al carecer de alimento.

Existen algunos factores de riesgo que pueden exponer a una persona a contagiarse de sarna. Por lo tanto, es importante conocerlos, entre los que se incluyen:

- Vivir o tener contacto cercano con personas o animales infectados.
- Haber tenido un episodio previo de sarna, ya que la enfermedad puede reaparecer.
- Vivir en áreas donde la sarna es común y las condiciones higiénicas son deficientes.
- Compartir habitaciones o espacios estrechos con una persona infectada, como en albergues o residencias.