Qué hacer y lo que debes evitar si te has quemado con el sol

Cuando nos exponemos al sol, la piel sufre importantes pérdidas. De hecho, durante la exposición solar, nuestra piel se deshidrata debido a la pérdida de la película grasa que la protege, no porque pierda agua.

Estos efectos pueden agravarse si no aplicamos protección solar de manera adecuada o si nos exponemos en exceso. La piel puede mostrar enrojecimiento e incluso pueden ocurrir quemaduras. Además, los capilares de la piel y las arrugas pueden empeorar debido a la exposición solar.

Es fundamental recordar que la piel tiene memoria, lo que significa que el daño causado por el sol se acumula con el tiempo y puede dar lugar a fotoenvejecimiento, manifestado en arrugas, piel áspera, flacidez y manchas.

Por lo tanto, tal y como recoge 'Saber Vivir', es de vital importancia seguir algunas recomendaciones para proteger nuestra piel:

- Exponerse al sol con moderación y aplicar protección solar de alta calidad en cantidad adecuada.

- Prestar atención a la elección de la protección solar más adecuada para nuestro tipo de piel. Según una encuesta del Consejo de Farmacéuticos, la mayoría de las personas desconocen el tipo de protección que les conviene y un alto porcentaje ha sufrido quemaduras solares.

Después de una jornada al aire libre bajo el sol, debemos cuidar nuestra piel de la siguiente manera:

- Tomar una ducha corta con agua fresca utilizando geles de baño que contengan aceites y mantengan el pH natural de la piel para evitar la sequedad, el picor, la irritación y posibles infecciones. Se deben evitar los geles de ducha muy espumosos, alcalinos o las sales de baño que puedan empeorar la condición de la piel.

- Aplicar una crema emoliente en cantidad generosa después de la exposición solar. Podemos utilizar nuestra crema hidratante habitual o un aftersun, que está especialmente formulado para aliviar la piel después del sol y contiene activos para combatir los daños solares.

- Si somos propensos a rozaduras de la piel, especialmente entre los muslos, es recomendable utilizar productos antifricción para evitar irritaciones, ya que la piel estará más sensible después de la exposición al sol.

En caso de que la piel esté enrojecida e irritada debido a una prolongada exposición al sol, es esencial seguir estos consejos para reparar y calmar la piel:

- Evitar baños largos y agua caliente.

- Evitar remedios caseros como el vinagre o el pepino y optar por productos específicos que aceleren la reparación de la piel. 

- Evitar usar productos cosméticos irritantes, como retinoides (antiedad) o ácido kójico (despigmentante), en la rutina facial habitual si la piel del rostro está alterada o enrojecida por el sol. También es recomendable seguir esta precaución la mañana y la noche antes de la exposición solar.

- No exfoliar la piel hasta que se haya recuperado completamente, evitando los exfoliantes mecánicos y químicos durante este periodo.

- Aplicar los productos de cuidado de la piel con un masaje suave, sin frotar, tanto en el cuerpo como en el rostro. También se debe evitar la fricción al secarse con la toalla.

Por último, es importante evitar algunos errores comunes:

- Los granitos y el picor en el escote no son normales y pueden indicar un brote de acné o una reacción alérgica al sol. En este caso, se deben utilizar limpiadores suaves y protección solar alta, incluso si no se planea tomar el sol. Si existen dudas, es recomendable consultar a un dermatólogo.

- No debemos confiarnos si está nublado, ya que las nubes permiten que pase el 80% de los rayos UV, aumentando el riesgo de quemaduras solares.

- El maquillaje con SPF 15 o 30 no es suficiente como fotoprotector. Se debe aplicar una cantidad adecuada de protector solar en todas las áreas expuestas al sol para garantizar una protección efectiva.