2024 es un año bisiesto: ¿qué significa esto y cada cuánto pasa?

Cada cuatro años, la página de febrero en nuestros calendarios nos presenta una sorpresa: un día adicional.

Esta peculiaridad sirve para ajustar la discrepancia entre el calendario gregoriano, actualmente en uso en Occidente, y el año solar, que es el tiempo exacto que tarda la Tierra en orbitar alrededor del Sol. Pero, ¿cuándo y cómo se decidió esto?

El 'error' radica en que aunque comúnmente se enseña que la Tierra tarda 365 días en completar su órbita alrededor del Sol, en realidad tarda un poco más: específicamente 5 horas, 48 minutos y 45,25 segundos adicionales.

Redondeando, son 6 horas. Por esta razón, es necesario este ajuste en los calendarios para que las fechas astronómicas y cronológicas sigan coincidiendo.

El año bisiesto se originó en Egipto y fue implementado por Julio César. Influenciado por el calendario egipcio, que ya consideraba la discrepancia con el año solar, César pidió a Sosígenes de Alejandría, un académico, diseñar un calendario que se adecuara a la magnitud del Imperio Romano. Así, se introdujo en Roma el año solar de 12 meses de 30 días cada uno, con cinco días menos al año y un día adicional cada cuatro años.

La decisión de añadir un día cada cuatro años fue idea de Dionisio 'El Pequeño', un monje turco que, alrededor del año 200 d.C., notó la diferencia entre el calendario juliano y la realidad. Sin este ajuste, en unos 500 a 600 años, el solsticio de verano podría ocurrir en el solsticio de invierno, y viceversa.

Este día adicional se agrega en febrero debido a cálculos relacionados con el solsticio de invierno y la distancia lunar. Sin el año bisiesto, sería imposible seguir el ciclo natural.

Se estima que en España hay unas 30.000 personas y en todo el mundo, cinco millones, que celebran su cumpleaños en año bisiesto, incluyendo figuras notables como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.