El truco para conservar el queso como si estuviera recién abierto

Una tapa de queso acompañada de una copa de vino tinto es uno de los mayores placeres culinarios. En España, contamos con una excelente variedad de quesos.

Sin embargo, a menos que lo consumamos de una sola vez, lo cual no es la práctica más adecuada, debemos volver a guardarlo en el refrigerador una vez abierto. Aquí es donde entra en juego la ingeniosidad en cuanto a su almacenamiento para evitar que se deteriore.

Si no almacenamos el queso adecuadamente, es probable que pierda su frescura y desarrolle una capa dura que posteriormente tendremos que retirar para disfrutarlo nuevamente. Con estos consejos, podemos conservar el queso sin desperdiciar producto y evitar que se deteriore.

Antes que nada, es importante saber que debemos envolver el queso de manera adecuada una vez que lo hemos abierto. Para ello, podemos utilizar papel encerado, el mismo que nos proporcionan en la sección de quesos y carnes de los supermercados. Este papel especial permite que el queso respire mientras retiene la humedad necesaria.

¿Cuál es la diferencia entre este papel y el plástico convencional? El film de plástico puede generar condensación y favorecer el crecimiento de moho. Si es posible, es recomendable cambiar el papel encerado cada vez que usemos el queso. Esto ayuda a evitar la acumulación de humedad y el desarrollo de bacterias.

Además, el lugar en el que almacenemos el queso en el refrigerador también es un factor crucial. Lo óptimo es guardarlo en el cajón destinado a las verduras, ya que esta zona mantiene una humedad constante ideal para conservar el queso.

Es posible que hayas escuchado acerca de la contaminación cruzada. En el interior del refrigerador, se pueden dar situaciones similares. Por lo tanto, no es recomendable guardar todos los quesos en el mismo lugar. Por un lado, podrían mezclarse los olores e incluso los sabores, ya que los quesos más suaves pueden absorber los aromas de los más fuertes. Por otro lado, cada tipo de queso requiere condiciones de almacenamiento diferentes, lo que significa que algunos se mantendrán en buen estado por más tiempo que otros.

Todos los consejos anteriores son fundamentales para preservar adecuadamente el queso, pero hay uno que mucha gente desconoce, y es la importancia de evitar el contacto directo de nuestras manos con el producto. Al manipular el queso y retirar el papel encerado, los aceites y bacterias de nuestras manos pueden afectar su calidad y vida útil. Por lo tanto, es recomendable utilizar guantes de plástico.

También es relevante tener en cuenta que el queso tiene diversos beneficios para la salud, pero no debemos consumirlo en exceso. Cada tipo de queso posee propiedades diferentes, así que tomemos como ejemplo el queso manchego, que despierta nuestro apetito.