Que no te la cuelen estas Navidades: trucos para saber elegir un buen marisco

La Navidad en la cocina tiene sus clásicos, como el jamón, lechazo, besugo, cardo, lombarda y, por supuesto, marisco.

El marisco es uno de los imprescindibles de estas fiestas en cualquiera de sus formas, ya que es considerado un manjar.

Anteriormente, el marisco era un lujo al alcance de pocos; sin embargo, en la actualidad es más accesible ya que existe una gran variedad de precios, es decir, de calidades.

Desde las gambas frescas de Huelva o Palamós hasta los langostinos congelados capturados en lejanas costas de América que se venden en los supermercados.

Si nuestro presupuesto es limitado, nuestras opciones de elección también lo serán. 

Pero si estamos dispuestos a gastar un poco más en estas fiestas, querríamos poder elegir, lo cual no siempre es sencillo. El marisco es un producto muy delicado y, por el precio que pagaremos (cuando se trata de marisco fresco), es fundamental saber cómo seleccionarlo y comprarlo.

Dado que el alimento procedente del mar es altamente perecedero y consumirlo en mal estado puede comprometer la salud, los expertos recuerdan que las especies que se venden habitualmente vivas son las que mejor resisten fuera del agua, como la langosta, el bogavante, el buey de mar, los cangrejos, las almejas o los mejillones.

Por lo tanto, es importante elegir el mejor producto que nos podamos permitir y disfrutar así de un sabor y una textura excelentes. A continuación, se presentan algunos consejos para hacerlo correctamente y no caer en engaños en Navidad.

- Siempre que sea posible, es recomendable comprar marisco de origen local, ya que estará más fresco y habrá experimentado menos manipulación. Además, es importante que su pesca se haya realizado de manera sostenible y respetando el medio ambiente. El marisco de calidad debe disponer de una etiqueta que proporcione información sobre características básicas como la zona y la fecha de captura, el nombre de la especie o si fue previamente congelado.

- En cuanto al aspecto, los ejemplares deben presentar un buen aspecto, estar completos, con todas las patas y las pinzas, y sin roturas en las conchas o en los caparazones. Asimismo, deben tener un color vivo y brillante, y las piezas deben estar completas, limpias y sin manchas ni rasguños. Además, las conchas deben estar cerradas y los cuerpos firmes. Los caparazones deben mantener la humedad y ser suaves al tacto, y al palparlos con las manos se debe percibir cierta consistencia, lo que indicaría que el ejemplar tiene carne bajo el caparazón. Las colas de especies como la langosta deben encontrarse recogidas, jamás extendidas, y los ojos de especies como los cangrejos deben moverse al tocarlos.

- A la hora de seleccionar un buen marisco, lo que importa es su peso. Con práctica, es posible reconocer cuándo un ejemplar grande tiene poca carne, y viceversa. En el caso de especies como el bogavante o el centollo, estos deben resultar pesados en relación a su volumen, lo que indicaría que contienen abundante carne.

- En cuanto al olor, el marisco debe tener un aroma suave a mar, pero no oler mal ni tener un olor demasiado fuerte. Si el olor es muy intenso o desagradable, significa que el marisco no está fresco.

- En general, las hembras de especies como el centollo o la nécora contienen huevas y coral además de carne, que son auténticas delicias gastronómicas. En cuanto al sabor, las hembras suelen tener una carne más delicada, mientras que los machos tienen un sabor más marcado, lo cual depende de los gustos personales.

- Para disfrutar de marisco de calidad, es importante comprarlo de temporada.