Confirman la condena a 25 años de cárcel para el "carnicero tatuador"

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha confirmado la condena a 25 años y 5 meses de cárcel a Leonardo Valencia, el denominado "carnicero tatuador" de Valdemoro, por matar a una joven de 18 años en octubre de 2019 y mutilar su cadáver, motivado por un "desprecio por su condición de mujer".

La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha desestimado, en una sentencia difundida este lunes por el alto tribunal, los recursos de apelación interpuestos tanto por la defensa del acusado como por la acusación particular. El primero alegó que se habían quebrantado las garantías procesales y la familia de la fallecida que se debía condenar a la otra procesada, novia de Leonardo.

Tras el veredicto de culpabilidad del jurado, la sección 17 de la audiencia madrileña condenó en abril a Leonardo Valencia a 25 años y 5 meses de cárcel por los delitos de asesinato y de profanación de cadáver con la agravante de sexo, y no apreció las atenuantes de confesión ni de consumo drogas.

La sentencia impuso al procesado libertad vigilada durante diez años tras salir de la cárcel, y la indemnización a los padres de la fallecida en 102.852 euros, y a su hermana en 46.248.

Por el contrario, la Sala exoneró a la otra acusada, Celia M.A. del delito de encubrimiento, ya que quedó con el acusado porque éste le pidió ayuda y ella le temía, pero inmediatamente después fue a denunciar los hechos.

Ahora el TSJM rechaza los recursos y confirma "en todos sus extremos" la resolución original, porque quedó suficientemente acreditado que el condenado, tras matar a su víctima, mutiló "milimétricamente" su cadáver, motivado por un "desprecio por su condición de mujer".

Este fallo del TSJM puede ser recurrido ante el Tribunal Supremo, según detalla la sentencia.

La sentencia ahora corroborada considera probado que el acusado estranguló a Emilce C.L. el 16 de octubre de 2019 en su casa de Valdemoro, aprovechando que la joven se hallaba en estado de somnolencia por el consumo alcohol y medicamentos, sin que pudiera defenderse.

Y lo hizo "como acción de desprecio por su condición de mujer y, precisamente por ello, aprovechando la superioridad que le otorgaba su condición de varón".

Luego usó instrumentos cortantes para profanar el cuerpo, que quedó "desmembrado, mutilado y descuartizado" de manera "milimétrica", con unos cortes que asemejaban el dibujo de una lámina que había en su casa.

Entonces convenció a su novia Celia para que le ayudara a deshacerse de los restos, tras lo que esta joven fue a la Guardia Civil a denunciar los hechos.

Valencia fue finalmente detenido y reconoció que había matado a una mujer pero sin colaborar en la investigación.

La sentencia destaca que el acusado "no se encontraba con su capacidad de voluntad y de entendimiento, grave, moderada o levemente afectada por el previo consumo de cocaína", como dijo en el juicio, en el que también aseguró que mató a Emilce sin querer, durante un juego sexual, y que fue su novia quien decidió desmembrar y deshacerse del cadáver.