Denuncian el abandono que sufre una anciana de 103 años residente de Domusvi Can Carbonell en Marratxí
Una residencia de mayores de Marratxí, en el punto de mira
Vanessa Abad de Taramona | 11/01/2024
![](https://www.cronicabalear.es/access/public/img/noticias/upload/0_1704974190.jpg)
La residencia de personas mayores DomusVi Can Carbonell, en el término municipal de Marratxí, se encuentra en el punto de mira después de que los familiares de una usuaria hayan denunciado públicamente el abandono en el que se encuentra la residente.
La anciana, de 103 años de edad, que permanece en cama y es totalmente dependiente, no estaría recibiendo la atención adecuada ni los cuidados necesarios acorde a sus circunstancias, "pese haber sido contratado el servicio oportuno", según han contado la hija y nieta de la afectada a Crónica Balear.
De este modo, manifiestan que desde marzo del 2023 "hemos puesto reclamaciones al centro por la falta de higiene que presenta nuestro mayor, principalmente falta de higiene ocular. No puede ni abrir los ojos”, exponen.
Asimismo, los familiares aseguran haber comenzado el año con otra incidencia. “El pasado día 7 de enero vimos que tenía las uñas de los pies muy largas y descuidadas. Ante esta situación pusimos una queja y desde el centro nos respondieron por escrito que el último registro de visita del podólogo había sido hacía menos de un mes, concretamente el 19 de diciembre, considerando que sus uñas no experimentaban un crecimiento considerable. Esto nos preocupa porque, a juzgar por su estado, dudamos sobre la veracidad de los registros”.
Otra situación que denuncian son los numerosos hematomas y heridas que la anciana presenta en la cara, brazos y piernas. "El médico dice que es porque tiene una piel muy delicada, pero no es normal la cantidad de moretones que tiene. Además hemos visto que tiene dedos marcados en la piel por lo que pensamos que entonces, cuando la movilizan para hacer los cambios posturales, no están teniendo el suficiente cuidado. También se olvidan de colocar los protectores en las barandillas de la cama porque los hemos encontrado tirados por la habitación”.
Los familiares tampoco comprenden la falta de organización del centro asegurando que en cada visita “se hace notable la falta de personal. Además, le recetaron una crema para ponérsela debajo de los pechos porque presentaba irritación, pero al parecer no lo pautaron o se olvidaron también de registrarlo... La cuestión es que no se la dieron”.
Precisamente, en relación a dicha gestión, las afectadas reclaman un cambio en los horarios de comidas. “Las cenas son muy pronto, en torno a las 6.40 horas, y los desayunos a las 11:00 horas, con lo que los usuarios del centro están mucho tiempo con el estómago vacío”, aseveran.
Cansadas de la mala gestión y la falta de atención por parte del equipo directivo de la residencia, ambas han decidido ponerlo en conocimiento del IMAS “pero nos dicen que tenemos que hablar primero con la dirección del centro. Nosotras lo hemos intentado, pero su directora no nos atiende. Cada vez que surge un problema no responde a nuestras llamadas y tampoco contesta a los mensajes. La última vez que intentamos explicarle la situación nos giró la cara y no nos escuchó. Me parece vergonzoso”, cuenta indignada la nieta de la residente.
“Desde luego no es agradable para nosotros tener a un familiar en una residencia pero por circunstancias tuvimos que hacerlo y lo único que pedimos es un trato digno para nuestros mayores”.
“NO LES IGNORAMOS, NI MUCHO MENOS”
Ante estos hechos, este medio se ha puesto en contacto con la residencia en cuestión para hablar con la directora, la cual, sorprendida por las quejas de la hija y la nieta de la usuaria de 103 años, ha querido exponer su versión.
“Nosotros sí que atendemos a todas las familias. Si no estoy yo lo hace la trabajadora social que forma parte del equipo directivo. Hay cuestiones que tienen explicación y otras que no, que son errores que asumimos y que reconocemos, pero damos respuestas a los familiares explicando qué ha pasado y porqué. Por tanto, no les ignoramos, ni mucho menos. Me sorprende esta queja”, admite la directora.
En alusión a los daños físicos que presenta últimamente la anciana, la directora asegura que “tiene una piel muy delicada. Es lo que se conoce como ‘piel de cebolla’, por lo que ante cualquier roce, enseguida le salen hematomas. Pero todo nuestro personal está cualificado. Los auxiliares saben que cada residente tiene un plan de cuidados acorde a su situación y, por tanto, saben cómo se les debe tratar”, afirma.
En relación a la crema que estaba pautada y que sus familiares aseguran "no se le administró" a la anciana, la directora explica que “el médico es nuevo y está conociendo el programa. Él vio a la residente, la dolencia que tenía y pautó el tratamiento. Pero se acababa de incorporar al equipo y se olvidó de poner quién debía visualizar dicha pauta y validarla. Por eso las enfermeras no llegaron a ponerle la crema”.
Asimismo, en torno al cuidado e higiene “es cierto que ha habido un error. En teoría estaba apuntada en la lista para que acudiera el podólogo y por lo visto no fue. La trabajadora social les dijo a los familiares que sí, pero luego me enseñaron las fotos y, efectivamente, aunque aparecía registrada, no la atendieron”, reconoce.
En cuanto a los turnos de comida la directora asegura que "no es exacta la información que da el familiar ya que se cena a las 19.00 horas y se desayuna y administra la medicación antes de las 9.30 horas”.
Por último, referente a la supuesta falta de personal y el número de trabajadores que atienden directamente a los residentes en cada turno, la directora dice no poder aportar ese dato. "Solo puedo decir que estamos en ratios porque hemos teniendo diferentes inspecciones y tenemos todo el personal necesario y correspondiente a la atención directa, pero no puedo facilitar el número de personas que están en cada turno”, concluye.