El monitor acusado de violar a una joven en una excursión en Cabrera dice que la relación fue consentida

El monitor de buceo acusado de violar a una joven de 18 años durante una excursión en barca en Cabrera ha reconocido este martes una relación sexual entre ambos, si bien ha asegurado que fue consentida.

La Fiscalía pide para el procesado una condena de diez años de cárcel por agresión sexual. El hombre tenía 40 años en el momento de los hechos, en julio de 2020, cuando la víctima y su familia contrataron a la empresa del acusado para una excursión al parque nacional. Al parecer, se conocían de excursiones anteriores.

La presunta violación ocurrió cuando el barco estaba amarrado a una boya en un punto de inmersión en el parque nacional de Cabrera.

La joven y el acusado se habían quedado solos a bordo mientras el resto estaba buceando. El acusado ha defendido que era una zona con bastante tránsito, pero la joven afirma que no había otras embarcaciones fondeadas ni personas alrededor.

El monitor ha declarado que comenzaron a "tontear" --precariamente en inglés y en alemán, puesto que la víctima es alemana-- "tranquilamente", y que en un momento dado se sentó junto a ella, le puso las manos en la cintura y le dio un beso en el hombro. "Ella se gira y me mira con complicidad, con gusto", ha contado él, afirmando que después empezaron a "enrollarse" y la situación fue escalando hasta una relación sexual completa.

El hombre ha admitido que no hubo un consentimiento verbal expreso por parte de la joven, pero ha afirmado que su actitud fue cooperadora y que, para él, el interés mutuo era evidente: "Ella estaba disfrutando", ha declarado el procesado.

De hecho, ha argumentado que "sin un poco de ayuda" no hubiera podido quitarle el traje de neopreno, que la joven llevaba hasta la cintura. Según el acusado, sólo en dos ocasiones la joven se paró diciendo que él tenía novia. "Yo le dije que sí, pero que no pasaba nada, que era mi problema y no se iba a enterar", ha indicado, subrayando que ella no le apartó la mano "en ningún momento".

El procesado ha indicado que después ella le dio su número de teléfono, y terminaron la excursión con normalidad pasando por varios puntos más antes de regresar al puerto, en Santanyí.

LA JOVEN ASEGURA QUE FUE UNA VIOLACIÓN

La denunciante, por su parte, ha desmentido la versión del acusado ratificándose en que la violó. La joven ha declarado asistida por un intérprete y separada del acusado por un biombo. Se ha mostrado muy nerviosa y en algunos momentos ha roto a llorar.

En su declaración, la joven ha explicado que estaba sentada en el barco cuando él se acercó por detrás y le besó en la nuca. Siguiendo con el relato de la denunciante, ella se asustó y reaccionó preguntándole "¿qué haces?". "No entendía lo que pasaba", ha rememorado, negando un "tonteo" ya que no habían "cruzado ni una palabra".

La chica ha expuesto que el hombre continuó como si no la oyera, y que le cogió la cabeza con la mano acercándola hacia él mientras ella con un gesto intentaba mantener la distancia. Entonces, ella se marchó al otro extremo del barco pero el acusado la siguió y continuó insistiendo y la empezó a manosear mientras ella reiteradamente le decía que parara.

Así, la víctima ha descrito un forcejeo y una situación de terror, argumentando que estaban completamente aislados y temió que pudiera atentar contra su vida: según ha razonado, estaba sola en un barco con un hombre que le doblaba la edad y la superaba en corpulencia. De hecho, pasó por su cabeza la posibilidad de saltar al agua pero pensó que él sería mejor nadador y que podría sumergirla para ahogarla.

La joven ha declarado que el mismo día dijo a sus familiares que el hombre había intentado flirtear y ella no le había correspondido; pero por la reacción de su hermana no se atrevió a contar el resto hasta el día siguiente, momento en que quiso ir al médico.

LA FISCALÍA MANTIENE SU PETICIÓN DE CONDENA

La Fiscalía ha mantenido su petición de condena, alegando que el hombre se aprovechó de la posición de superioridad que le confería la situación. "Estamos hablando de una chica de 18 años con un señor que ronda los 40; su familia estaba buceando y no podía recurrir a ellos", ha apuntado la fiscal.

Además de la pena de prisión, la Fiscalía pide una indemnización de 31.300 euros para la víctima, y que se imponga al acusado una inhabilitación especial para cualquier profesión que conlleve contacto regular y directo con menores de edad durante 15 años, así como una orden de alejamiento.

Por su parte, la defensa ha solicitado una sentencia absolutoria, remarcando que la prueba gira exclusivamente en torno a "dos declaraciones contradictorias". El letrado ha combatido la versión de la denuncia incidiendo en que los hechos tuvieron lugar en la cubierta del barco, donde cualquier otra embarcación que pasara podría haberlos visto; además, podrían haber regresado los familiares de la víctima "en cualquier momento".

"Esa situación de emboscada y dominio no era tal", ha argumentado la defensa, que ha añadido igualmente la dificultad de quitar a la víctima el traje de neopreno sin cooperación. "La explicación más lógica es que consintió", ha concluido.

En su turno de última palabra, el acusado se ha sumado a los razonamientos de su abogado: "Habría que estar muy mal de la cabeza para violar a una persona sabiendo que su padre va a aparecer en cualquier momento, o creer que después no se va a dar cuenta nadie". El juicio ha quedado visto para sentencia.