Un funcionario define como "terrible" su declaración con los investigadores del caso Cursach

"Subirán intentaba que yo dijera que ya tenía las ofertas del licitador del concurso de la ORA dos meses antes de empezar a trabajar"

Redacción | 07/07/2023

El jefe de servicio de Ordenación del tráfico del Ayuntamiento de Palma que fue detenido durante la instrucción del caso ORA ha afirmado este viernes que el fiscal del caso, Miguel Ángel Subirán, hacía las preguntas "intentando que yo dijera que ya tenía las ofertas del licitador del concurso de la ORA dos meses antes de empezar a trabajar".

El funcionario ha declarado este viernes como testigo en la sesión del juicio contra los investigadores del caso Cursach, el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, y cuatro agentes de Blanqueo.

El testigo ha insistido en que tras su detención, en el interrogatorio Subirán "llevaba la voz cantante" y que los investigadores "no tenían interés en saber qué había pasado". Cuando afirmó que recibía las ofertas el mismo día, ha añadido, el fiscal "pasó directamente a las amenazas".

Ha definido la experiencia de la declaración, justo después de Miguel Ángel Femenía, que fue enviado a prisión, como "terrible". "Era muy evidente que no querían conocer la verdad", ha apuntado.

El funcionario ha argumentado que el exedil del PP Álvaro Gijón no intervino directamente en el concurso. "Conmigo delante, no", ha recalcado. Otros funcionarios que han declarado como testigos han sostenido argumentos similares a la no participación por parte del exrregidor.

DETENCIÓN KAFKIANA

Otro funcionario, que era jefe de servicio de Interior y que se encargaba de la licitación de contratos mayores en la sección de contratación, ha calificado su detención como "kafkiana" y ha recordado que "se le acusó de cohecho sin un puñetero papel".

"El policía me dijo que sabía que yo no había cobrado nada, que solo era un monigote", ha explicado.

El funcionario ha reiterado que el fiscal Miguel Ángel Subirán era quien guiaba los interrogatorios. Según ha añadido, en el interrogatorio "todo eran suposiciones y su impresión sobre lo que había pasado".

El testigo ha referido que se sintió coaccionado por el hecho de estar detenido, no por la declaración en sí misma. "Subirán no me gritó, como sí gritó a mi mujer. Subía el tono de voz cuando discutía algo, pero me sentí coaccionado por la propia detención", ha añadido.

Según este empleado público, lo que era un "amaño" era el informe de la Policía Nacional --"no se sostenía por ningún lado"-- y no el contrato de adjudicación de la ORA. Sobre esto, ha añadido que "si hay un policía que se equivoca, tiene que haber un fiscal que lo corrige y, si no, está el juez".

El funcionario ha asegurado, además, que precisamente la fase de licitación es la más compleja para amañar un contrato público porque es la más transparente.

Según ha añadido, en línea con lo apuntado por otros testigos, tenía la sensación de que las preguntas estaban guiadas para que las respuestas fueran "las que querían oír".

Al mismo tiempo, ha recordado que jugaron con la libertad de su mujer, también detenida, aunque de manera "subliminal", no directamente. "Hubiera dicho lo que hubieran querido", ha añadido sobre este punto.

En términos similares ha declarado otra funcionaria, que ejerció de secretaria en la mesa de contratación, y asegurando que ya en el interrogatorio policial justo después de su arresto, el agente Miguel Ángel Blanco la tachó de corrupta. También se ha referido al trato "agresivo" por parte de Blanco y Subirán y a su recibimiento "despectivo" cuando pidió declarar una vez levantado el secreto de sumario.

Esta empleada pública ha argumentado que siguió imputada más tiempo que otros detenidos "porque no quiso incriminar a compañeros".

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