Cómo evitar que el paraíso sea un infierno: El Consejo de Enfermería avisa sobre los viajes tropicales

Los viajes a destinos exóticos y tropicales vuelven a estar en auge tras la pandemia, pero lo que pudiera parecer un paraíso puede convertirse en un infierno si no se toman medidas tan básicas como beber agua embotellada, evitar los baños en zonas de agua dulce y acercarse a animales o calzarse en la playa.

El Consejo General de Enfermería (CGE) ha elaborado una infografía y un vídeo animado alertando sobre los riesgos que pueden conllevar este tipo de desplazamientos y cómo evitarlos con una serie de sencillos consejos, el primero acudir al Servicio de Atención al Viajero Internacional para recibir información sobre vacunas o y otra serie de recomendaciones adaptadas al destino.

Más allá de ello, hay otra serie de consideraciones, "muchas de sentido común pero que a menudo se olvidan".

Así por ejemplo, “bañarse en determinados lugares aparentemente paradisíacos puede suponer acabar con una parasitosis. Por ello, debe evitarse el baño en lagos o ríos de zonas tropicales".

Para el viaje, es importante que los pacientes crónicos viajen con la medicación en su equipaje de mano y se lleve en cantidad algo superior a lo que sea estrictamente necesario; lo aconsejable es que vaya siempre en su envase original y se lleve el informe médico correspondiente.

Una vez en el destino, y para evitar efectos indeseados como la diarrea del viajero, hay que huir de la comida a temperatura ambiente como la que sirven en puestos callejeros o buffets que no estén adecuadamente tapados y beber siempre agua embotellada.

En muchos países los animales son un reclamo turístico, pero no exentos de peligro, por lo que si se quieren sortear mordeduras con las que potencialmente pueden transmitir enfermedades, no hay que acercarse ni hacer actividades con ellos como bañarse, entre otros motivos porque también constituyen una forma de maltrato animal.

Otra forma de garantizar un viaje seguro es protegerse de las picaduras de los mosquitos, vectores de transmisión de enfermedades como la malaria, el dengue, el virus del Nilo Occidental, el chikungunya, la fiebre amarilla y el Zika. con el uso de repelente, pantalones y camisetas de manga larga al amanecer y al anochecer y mosquiteras para dormir.

Tampoco hay que olvidarse de revisar los zapatos antes de ponérselos porque pueden albergar, por ejemplo, alacranes, un arácnido muy común en países como México en los que, aun estando presentes todo el año, su población aumenta durante los meses de primavera y verano.

Además de no caminar descalzos y comprobar los zapatos, es aconsejable sacudir la cama siempre antes de dormir.

El fin del viaje no implica el fin del peligro, avisan por último las enfermeras, que plantea que siempre que se tenga un problema de salud durante los 12 meses posteriores al regreso, se comunique a un profesional sanitario porque, "aunque lo veamos lejano, puede existir alguna relación".